martes, 28 de marzo de 2023

Sobre un comentario de Galeano sobre la caridad.


Hay una entrevista donde el escritor Eduardo Galeano hace un comentario desafortunado que cito textualmente:

“La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba: la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.”

Empezaré suponiendo que Galeano ignoraba el significado y dimensión de dos palabras, el de caridad y el de humillación, aunque también es posible que lo supiera y por eso desacredita deliberadamente estos dos términos para atacar la obra de Jesucristo. Sea cual fuere la situación, ambas están mal y a continuación presento mi réplica:

Hablemos primero de la palabra caridad:

Caridad viene del latín caritas que tiene un significado muy parecido a nuestra palabra amor. Dentro del cristianismo, la caridad, es un llamamiento a ejercer el nuevo mandamiento entregado por el Hijo del Hombre a la humanidad que dice “ámense unos a otros como yo los he amado” cf. Jn 15, ser caritativo es pues amar al prójimo y amar a Dios. Sobre estos fundamentos existen y funcionan las obras de caridad. Ahora bien, alguna de las obras que pueden llamarse caritativas es dar pan y ayudar al necesitado, pero como ya he mencionado esto se debe hacer con amor, amor que es núcleo de la caridad. Si yo ayudo con amor al prójimo, por añadidura entiendo que es creatura del Señor, igual que yo; no lo hago para alardear como lo hacen los empresarios altruistas, si no por mero amor. El amor pues, si lo entendemos como el Señor nos lo da a conocer no puede ser ejercido de manera vertical, como dice San Pablo “el amor es servicial, no busca su propio interés, no se envanece” cf. Cor 13. Ciertamente, en la realidad el que se humilla es el que da, pero humillarse no tiene porqué tener una connotación negativa como lo da a entender Galeano y como lo ha entendido la modernidad desde hace mucho tiempo. 

La palabra humillar proviene del latín, humilitas, ¡sí la misma raíz etimológica de la palabra humilde!, que a su vez proviene de humus, es decir tierra, podría decirse que quien se humilla se postra sobre la tierra. En el catolicismo la humildad es una virtud, es el acto de despojarse de la vanidad y de la soberbia propia, ser humilde o humillarse es reconocer que no se es superior a nadie y reconocer la pequeñez propia ante la Majestad del Creador. ¡Sí! somos hijos de “nuestros tiempo” y al día de hoy la palabra humillación, nos parece agresiva, pero yo digo que más bien es de una crudeza ontológica que tiene su propia belleza. No queremos postrarnos en el humus del que salimos, incluso si nuestro nombre: “humano”, también viene de la raíz latina humus. La naturaleza etimológica de Adam también viene de la palabra hebrea para designar la tierra ¿No es la sentencia “eres polvo y al polvo volverás” cf. Gn 3 humillante? Incluso si nos adentramos en textos como el Popol Vuh, los hombres son hechos de maíz, maíz salido de la Tierra y cuando los hombres llegan a conocer toda la ciencia y todos los saberes del mundo, el creador los humilla cegandoles para que su conocimiento sea limitado:

Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.” Popol Vuh. Cap I

Un relato parecido es el de la Torre de Babel, donde la gente dijo “hagamos una torre que llegue hasta el cielo, para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra” cf. Gn 11. Debido a está actitud arrogante el Señor bajó a confundir sus lenguas y ya no se entendieron y ya no pudieron completar su torre.

Ciertamente la humildad o humillación es una condición muy humana y también necesaria. En mi opinión nuestra soberbia nos ha engañado y ha hecho reverberar en nuestros corazones “yo, y nadie más que yo” cf. Is 40 y por esa razón hemos creído que la humillación es uno de los peores males que puede padecer un hombre, sin embargo es en realidad una de las condiciones para conocer los secretos más profundos de la existencia.

Por eso digo que el que se humilla es el que realiza el acto caritativo, ya que en un acto de amor, debe reconocer su igualdad ante otro ser humano y por eso le ayuda. 

Finalmente hablemos de la solidaridad, en los términos que propone Galeano: que sea ejercida horizontalmente no se lo negare, que implique respeto mutuo tampoco, sin embargo ¿Eso es todo? En el caso de la caridad, el respeto va implícito porque amar es respetar, pero este amor tiene muchas implicaciones que van mucho más allá del respeto. Pero, ¿tiene sentido respetar así a secas? Dicen también San Pablo en su carta a los Corintios “Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. “ Cor 13. Los empresarios altruistas también suelen ayudar con respeto mutuo y también lo hacen sin implicar el amor en ello. Ciertamente la solidaridad, tal como la propone Galeano en su sentencia, es limitada. 

Si Galeano intentaba atacar a la cristiandad, lo hace directo a la obra de Jesucristo. Entendería (pero no aprobaría) que atacara la Iglesia como organización; a sus ministros, a sus sacerdotes, pero en lugar de eso va a acatar uno de los núcleos ontológicos de nuestra fe. Dice que la caridad, es decir que el amor, es humillante, que Dios (porque Dios es amor) es humillante y a esto le pretende dar una connotación bastante negativa.   

Finalmente, les digo que cuiden muy bien lo que dicen, pues puedes quedar enredado con tus propias palabras y quedar preso de tus dichos. cf. Pr 6



domingo, 11 de diciembre de 2022

La herejía de los hispanistas

Es verdad que la ocupación del continente americano por parte de los españoles implico en gran medida la transgresión de la mayoría de las Leyes del Señor y que muchos de esos criminales, puedo decir con certeza ni siquiera conocían las dichas leyes. Habrá otra ocasión para hablar de ello con más detalle, pero hoy quiero hablar de una de las peores herejías de los hispanistas.

El lector debe de estar enterado que en la actualidad hay un grupo de "intelectuales", algunos de ellos autodenominados "apologetas de la cristiandad", otros son poetas, escritores, artistas, politólogos, etc y en su conjunto se llaman a sí mismos hispanistas, ellos defienden vehementemente la hispanidad y por consecuente la invasión de los españoles a los pueblos mesoamericanos y todas las consecuencias que ello conlleva.  Argumentan, por ejemplo, que los invasores trajeron la ciencia, la técnica, las artes, y la guerra para entregarlas a los  indígenas, que no las conocían, es decir que nos trajeron la civilización. Sin embargo, cualquiera que haya leído un par de libros de historia se dará cuenta que los pueblos eventualmente alcanzan todos esos artificios terrenales y que una guerra para "civilizar" no son más que patrañas para violar las sagradas tablas de la ley. Algunos  hippies new age que huelen a marihuana y a pecado provocan que tengamos la impresión de que lo único que sabían y saben hacer los mesoamericanos es quemar inciensos y hacer brujería con inertes pedazos de cuarzo, pero la verdad es que los habitantes de la antigua Anáhuac no eran precisamente cuarceros, si no que tenían el suficiente conocimiento para medir los movimientos de los astros, predecir los cambios de las estaciones, entre otras cosas que no envidiarían a un Pitágoras ni a un Copernico. Si no desarrollaron armamento avanzado, seguramente es porque estaban muy ocupados tratando de conocer o encontrar el Nombre verdadero.

De entre todas las fabulas que fabrican los hispanistas hay una, que me parece una terrible herejía. Ellos dicen, con satánico orgullo, que nos trajeron, que son portadores de la palabra del Señor, que es de ellos y que ellos son reveladores de la misma, y que fue impuesta justamente, muchas veces por medio de la espada, que somos salvos gracias a ellos. ¡Cuán equivocados están! La Palabra fue revelada por el hijo del hombre y la conocimos gracias a Él, no a los españoles. Peor aún, no se pueden autodenominar como conducto salvador, ya que eso sería atribuirse cualidades del hijo, o como dice en Timoteo 2-5. "Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo".

Es por esto y más que los hispanistas no son más que unos perros blasfemos y herejes y que si se dicen portadores de la cristiandad es más por nacionalismo irracional que por verdadera fe. Así que ya lo saben.

 Firmo yo, Job a 11 de Diciembre de 2022